viernes, 25 de enero de 2013

Nos vemos en el próximo vagón (:

¿Sabes qué te pasa? No tienes valor, tienes miedo. Miedo a que te puedan las ganas, porque sabes que una vez estando a solas conmigo, no podrás controlar tus ganas de besarme. Tienes miedo de vencer tu orgullo y que yo vuelva a ganar.
Pero lo que tú aún no sabes es que esto no es una batalla de géneros en los que haya premios, no. Si algo aprendí estando contigo es que las peleas están bien para llamar la atención de tu oponente, pero que, por lo que en realidad nos peleamos es porque nos gustan las reconciliaciones.
¿Sabes? Esto no tiene ningún sentido si a ti te entra ese miedo absurdo. ¿Qué crees? ¿Que yo no tengo miedo? Sí, tengo miedo a perderte más aún; miedo a tus dudas, miedo a que nunca más me digas "ven", a no parar de oler tu aroma en mi cuarto, en mi chaqueta, a no saber cuándo llegaran tus recuerdos. 
Pensaba que tenía toda la vida para esperarte, pero si no me das señales, no lo tendría tan claro.
Lo que intento decirte es que entiendo lo que es sentirse pequeño, insignificante y patético; lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabías que existían. A veces incluso logras convencerme de que ahora mismo te presentarás en mi puerta, aunque no haya la más mínima posibilidad de que lo hagas.
Y después de todo lo dicho, recuerda esto: que ni en meses, ni en años, ni en siglos nadie podrá quererte un pedacito de lo que te quiero yo. Piénsatelo muy bien porque esta podría ser la última oportunidad que tengas para estar a mi lado; y recuerda, antes de que te des por vencido, que esta es la única vida que tenemos para compartir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario