domingo, 24 de febrero de 2013

Morir en el intento...


Te huelo y me hueles; te recorro con los ojos mientras tú me observas detenidamente, como si esta fuera la primera vez que nos topamos en la vida. Me dices palabras sueltas, evaluando cuánto deseo estar a tu lado, antes de decir lo que verdaderamente quieres, y desvelar por completo tu deseo. Te escucho sin responderte, sin hacer expresión alguna que delate lo que pienso, fingiendo que es nada lo que siento.
Pero sé que en mis ojos crece un brillo audaz, y me es inevitable empezar a salivar. Es evidente que te reconocido. Recuerdo todo, cada vez que eliminabas mis sentidos.
Finalmente, nos miramos a los ojos y dejamos de fingir que no hemos sido cómplices en el pasado.
Caminas alrededor mío, mientras saco mis propias conclusiones, y al hacerlo, siento cómo se reactivan las sensaciones, desatándose algo incendiario. 
Respiro profundamente, y al percibirte tan cerca, crecen mis dudas, oscilo entre la curiosidad y la prudencia. Cierro los ojos para ver si encuentro la respuesta en la sensación de tu presencia, y percibo tu sonrisa aún sin verla...

domingo, 17 de febrero de 2013

Algo no tan secreto :)


Me despertó con una suave caricia sobre mi piel, creo que el hormigueo de mi sueño correspondía a sus manos acariciándome.

¿Es posible enamorarse en una primera cita?, me pregunté. Nunca había sentido tanto amor en las caricias de una hombre, menos en las de, quizás, un desconocido.

De todo, era lo que menos tenía en ese momento para poder hablarle, pero aún así ganas de robarle un beso no faltaban. Dulces y grandes labios, de esos labios que miras y miras sin darte cuenta. Labios que te llaman a que los desees de manera sutil y delicada; pero a la vez a esa boca le gusta ser maltratada, es esa contradicción excitante, entre una mordida y un beso suave, como jugando a sanar en el instante el daño ocasionado.

¿Cómo llegar a tocar esos labios? Difícil respuesta resultó y decidí, por ese instante, perder la oportunidad de tenerlo todo…

Me introduje entre los vestidos y zapatos de tacón que asistieron esa noche. Conocí muchas sonrisas, repetí miradas y en mi silencio aún le observaba. Al parecer no era inalcanzable, sin resquemor compartía y se desenvolvía entre la recatada multitud. Sí, era sucio pensar o desear cómo le deseaba a él entre tantas conversaciones. Estaba entrando en el juego de la seducción.

Primero la mirada, seriamente seductora, acompañada de esa sonrisa de saludo queriendo decir: “eres mío”.

Así intente una y otra vez toda la noche, con mil sonrisas, muchas miradas y muchos temas de poco interés. Pero cuando me dí la media vuelta para poder buscar a mi amiga, cara a cara quede con él. Increíble pero cierto, no recordé nada. Estúpida me sentí de no saber qué decir, pero de esa manera comprendí que el rol había cambiado.

Poco recordaré de aquellas conversaciones, porque de ahí en adelante comenzó un juego muy diferente al que había tenido otras noches… Pequeños movimientos de labios, con palabras finas y susurradas. Su tono se hizo pausado y sensual mientras yo solo quería rozar su boca.

Fue difícil y a la vez interesante buscar sus labios, acercándome a su oreja y de vuelta coquetearle a su mejilla… eran solo milímetros de aproximación, aún así, ahí comenzó la acción.

En ese momento sin pensarlo, le tomé su cara y le besé dando el primer contacto. Beso tras beso, mordía su labio, convirtiéndose ese juego en mi pasatiempo de esa noche. Dulces labios, seguidos de suaves mejillas y un cuello con un olor que nunca olvidaré. En ese momento olvidé todo lo que había vivido alguna vez y comencé desde cero haciéndolo todo aunque no supiera nada de nada.

Escuchaba sus suspiros, haciendo de mi agitar la música para el momento. Esa delicada agresividad con la que me acercaba a él, hizo que me envolviera en su piel. Teníamos una sincronía que parecía perfecta.


sábado, 16 de febrero de 2013

La novedad pasa a ser costumbre.

Hundida en tu propia persona, encerrada en la estrecha celda que construyen tus miedos. Las voces de tu cabeza se elevan sobre todas las cosas. Una ráfaga de inseguridad y pánico que te ciega y arrasa tus ojos. Piensas que lo superarás, como siempre lo has hecho. O como, por lo menos, siempre has intentado aparentar. 
Pero cada día que pasa, cada jornada derramando lágrimas, tu voluntad por vencer a esos monstruos que conquistaron tu mente e invadieron tu sonrisa, disminuye notablemente. Te gustaría decir basta, acabar con esto de una vez por todas. Pero la intención se queda a medio camino y todo parece volver a derrumbarse.
Hay algo roto dentro de mí, y realmente no sé lo que es. Es como dos cables que nunca harán conexión entre ellos. Un gran vacío que me recuerda con amargura lo que soy, y lo que siempre seré.


viernes, 15 de febrero de 2013

Tú que llegaste por casualidad...

Debes saber que nuestra historia no es de esas que se cuentan rápido y con palabras bonitas. Que nunca hemos pretendido ser perfectos, y nuestra historia mucho menos. Sabes tan bien como yo, que hay instantes que no se pueden comprender si no los has vivido. Hay sentimientos más grandes de lo que podemos entender y personas que te marcan más allá de lo que imaginabas en un principio, por eso sé que tienes que ser tú.

Dicen que todos los caminos llegan a un final pero a veces el final parece igual que el principio, y cuando crees que ya has recorrido mucho camino, puedes encontrarte en el mismo sitio donde comenzaste. Porque todos los caminos están llenos de curvas y giros. Un paso en falso puede suponer un desastre; pero pase lo que pase tienes que mantener el rumbo y abrir tu propia senda. Porque ahora ya no hay marcha atrás.

Que dos personas se crucen en el camino cuando ni se estaban buscando, es lo mejor que a alguien le puede pasar.


domingo, 10 de febrero de 2013

No será fácil, pero merecerá la pena.

Ella quiere más. Es increíble, es una niña nada más. Pero dicen que no hay edad para el amor... ¡Vamos, suéltate el pelo! Sabes que en el fondo quieres más.
Mañana tus ojos se empañarán, aunque en el fondo sabes que podría haber salido bien... Apenas tienes 15 primaveras, pero tu cuerpo tiene el doble. ¿Y qué si no fuese así? ¿Acaso es algo realmente importante?
Quieres tenerle en tu cama, quieres que sea tuyo, quieres ser suya en esas noches frías. Quién diría que te haría tan feliz, ¿eh? Que sería el que ocuparía tu mente cada día...
Y si, realmente tú no lo sabes pero, ¿eres su vida con cuerpo de ángel y cara de niña? ¿Él es el poeta, y tú el papel?
Mira a la vida de frente. No sé porqué la gente quiere arrancar esa felicidad; el amor está para compartirlo, y ahora ese corazón van a partirlo. Siempre teniendo en cuenta "el qué dirán". Así no conseguiremos nada. NUNCA.
Pero, espera a que te avise. No te pongas triste, y acuérdate que te dije que el amor no tiene edad. ¿Es mentira o es verdad? No es un mito, es la realidad.


"El corazón quiere lo que quiere. No hay una lógica para estas cosas. Tú conoces a alguien y te enamoras, eso es todo. Aprovecha todo el amor que puedas dar o recibir. Toda la felicidad que puedas brindar o arrancar".


sábado, 9 de febrero de 2013

Freedom.

+ ¿Qué te pasa?
- No sé como decírtelo...
+ Intenta explicarlo, ¿o tampoco sabes como de costumbre?
- Es difícil, pero, a ver... Siéntate en el columpio. Hazme caso, por favor, solo así lo entenderás.
+ Ya estoy en el columpio, ¿ahora qué?
- Comienza a columpiarte, y una vez cogido impulso, cierra los ojos. ¿Notas esas cosquillas en el estómago? A mí no me hace falta columpiarme para sentirlas... Las tengo cada vez que te veo, cada vez que me hablas, cada vez que oigo tu nombre...
+ No sé qué decir...
- No pero aun no acaba, ¡no abras los ojos! ¡Sigue cogiendo impulso! Ahora suelta una mano.
+ ¿Quieres matarme?
- Hazme caso, confía en mi... Suelta una mano. ¿Has visto que sensación? Parece que te vayas a caer, se te corta el aire y se te acelera el corazón... Eso me pasa cada vez que te separas de mí, cada vez que te noto distante... o más cercano a ella...
+ Pero...
- No digas nada, no abras los ojos, déjame impulsarte, y solo abre los ojos cada vez que estés arriba. Y mira al cielo ¿vale? Una, dos, tres y ...
+ ¿Y esto? ¿Cuál es esta sensación?
- Solo contigo siento que toco el cielo, siento que vuelo, me siento por encima de las nubes...
+ ¿Tanto me quieres?
- Nunca dejaría de hacerlo.



domingo, 3 de febrero de 2013

Lo importante no es el objetivo, sino cómo llegamos a él.

Hay veces en las que siento que me falta el aire, en las que necesito gritar fuerte, muy fuerte; que me encantaría escaparme de aquí para siempre. Salir corriendo y no detenerme nunca, hasta llegar lejos, a un lugar desconocido, nuevo, diferente... a un lugar en el que me pueda sentir libre, a salvo. Y respirar, respirar como nunca antes lo había hecho. Lento, suave, profundamente.
Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día, y no nos damos cuenta de que es ella quien tiene que encontrarnos; y eso será donde menos te lo esperes. Y cuando llega descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino es tan solo el principio de otro, y que lo único importante es la persona que escoges para que camine a tu lado. Que esconderse es lo que menos importa. Lo importante es que estás tocando con la yema de los dedos eso que has estado soñando toda tu vida, y ya sólo importa el hoy, el presente, y lo que queda por venir...
Realmente, las personas no nos damos cuenta de lo que somos cuando buscamos la felicidad en nuestros sueños, en cosas grandes y ostentosas, dejando de lado las cosas imperceptibles, pequeñas cosas que tenemos día a día pero que creemos que no significan nada. Y que, al final, cuando conseguimos aquello que tanto ansiábamos, nos damos cuenta de que la felicidad se quedó en el camino, en esas cosas invisibles a los ojos, y ahora ya no podemos recuperarlas.