Me hiciste sonreír, llenaste mis ojos de brillo claro y dulce. Me dijiste: 'Te quiero' y yo te creí, hasta que tú, cruel y despiadado rompiste mi corazón diciéndome que solo fui un juego y ¿sabes qué? Yo volví a sonreír, ¿que porqué? Porque supe, que ya no eras nada para mí y que estaría mejor sin ti.
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