Y ya supongo que me da igual, que sea lo que tenga que ser. Sé qué siento, sé cómo soy, sé quién soy, sé lo que era, y sé lo que no quiero volver a ser; y eso es lo que más me importa. Ya no digo cosas bonitas ni románticas, ahora soy romántica a mi manera. No quiero que me digas que me quieres, prefiero que me mires por la mañana y me sonrías, que me acaricies la espalda, y me mires mientras duermo; que te cueles en mi ducha y que nos ignoremos cuando hay gente. No me preguntes lo que siento, ya lo sabes; no le pongas nombre, las mejores cosas no lo tienen. Hagamos locuras, vámonos lejos con un presupuesto ajustado, báñame en ron y házmelo borracha.
Vivamos esto.
Empecemos desde cero.
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