Cuando estés cayendo, estés rompiéndote; cuando tu fuego se haya convertido en cenizas; cuando estés gritando, y tú corazón esté sangrando. Cuando simplemente sientas que no hay razón... yo no te dejaré ir. Porque cuando estés solo y haga frío, y no haya nadie a quien aferrarse; cuando te sientas perdido y no haya donde ir. Cuando estés triste... no olvides que puedes sostener mi mano; cuando estés mal, solo recuérdalo. Nunca te dejaré marchar.
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