sábado, 12 de octubre de 2013

Amor... y dolor.

Te echo mucho de menos. Y me gustaría saber el porqué. Porqué anhelo tanto estar contigo. Estar a tu lado riéndome y charlando de todo. Abrazarte y besarte. Tocarte.Me gustaría saber por qué no puedo sacarte de mi mente.

No me gusta que haya rabia en mi sentir. Aunque esté muy contenta porque existas y estés en mi vida... en días como hoy que estoy más sensible o soy más consciente de la realidad, me dueles infinito. He empezado a sufrir por la distancia, por la ausencia, por las dificultades... Siempre creí que no te arriesgarías conmigo. Siempre te he querido junto a mí, pero una parte estaba aliviada de saber que tu negativa era dolorosa en el presente pero aliviaba un dolor futuro.

Hace unos meses fui a cerrar la historia y me encontré con un cierre de capítulo. Estaba y sigo estando desarmada. Aún no he asimilado que comparto mi vida contigo, pero solo en mi imaginación. Que voy a estar más días sin ti de los que estaré contigo. Que no puedo besarte y abrazarte cuando quiera. Y mucho menos puedo compartir mi día a día. 

Está siendo más doloroso de lo que nunca imaginé. Y tan sólo espero que no aumente, tal y cómo intuyo que pasará. Soy fuerte y estoy preparada para el dolor. Lo afronto valientemente como todo lo que sucede en mi vida. Pero siempre pensé que mi próxima vez sería fácil. 

Que sea difícil no significa que sea imposible. Que sea imposible no significa que vaya a rendirme.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Memorias de un 'infinito'.

Confieso que en mis momentos débiles siento rabia e impotencia al recordar lo que un día fue y ya no es, al darme cuenta de que se perdieron nuestras miradas cómplices, nuestras largas horas de charla, tus abrazos y nuestras risas. Ahora ya no soy yo la que está a tu lado cuando te encuentras mal, y tampoco soy la primera a la que le cuentas tus buenas noticias. También admito que aún no me he acostumbrado a estar sin ti y que en algún momento me he arrepentido de no haber hecho algo y pienso "pude... tuve el momento, mierda, le deje escapar". Me he dado cuenta de que a veces no hay una próxima vez, no hay una segunda oportunidad, a veces es ahora o nunca, y que el pasado simple y el futuro perfecto solo funcionan en gramática. 
Estoy asumiendo que ya no estás, y que tengo que olvidarte, pero de repente suena esa canción… esa jodida canción que me recuerda a ti, la que pasó a ser “nuestra canción”. En ese momento todo el esfuerzo que hago para que desaparezcas de mi corazón no sirve de nada y me quedo ahí parada pensando qué hice mal. Ya sabes lo que dicen: "puedes borrar a una persona de tu mente. Sacarla de tu corazón es otra historia...". 
Qué desperdicio haber pasado tanto tiempo con una persona para descubrir que ahora es una extraña. Me alegro de saber que una vez fui el motivo de tus sonrisas, pero por otra parte me alegro de haberme alejado de ti. En verdad, en estos momentos pienso que eres un verdadero imbécil, y aunque a veces te eche de menos, NO TE MERECES NADA. Me conoces bien y sabes que depende de cómo me trates puedo ser la persona más buena del mundo o la más mala. Tú decides. Yo no quería alejarme de ti, pero cada día me lo ponías más fácil, y lo siento mucho, pero quien intenta jugar conmigo pasa a ser mi juguete. 
Que yo siempre camino con paso firme, la mirada al frente y la cabeza alta, incluso cuando estoy a punto de explotar por dentro. Que no permito que nadie me vea triste, y que al igual que las serpientes llevan colores llamativos para alertar de que son peligrosas, yo llevo tacones de vértigo. Que mis pasos suenan a pesar del volumen de la música, y que no soy de esas que siguen un camino marcado, que yo marco mi propio camino. Que el día que te des cuenta de que yo daba todo por ti, yo estaré a años luz de tu club de idiotas, que yo no te he perdido, me has perdido tú a mi. Y ya te aviso de que voy a tocar el cielo, pero con los pies bien puestos en la tierra, y que la vida da muchas vueltas y ya te la devolverá, y lo mejor de todo es que yo estaré en primera fila para dedicarte un "jaque mate del Karma; jódete campeón".

sábado, 7 de septiembre de 2013

El infinito de las sensaciones.

Y de pronto lanzas la pregunta, como el que lanza una piedra con miedo a herir a alguien (o herirse a si mismo). Y esperas, esperas y esperas con ansia la respuesta; una respuesta que en el fondo no quieres leer (o sí) pero que por masoca y tonta, esperas. Hasta que llega, la lees, y todo lo que pensabas minutos antes, vuela de tu cabeza y te quedas en blanco. 
A veces no somos conscientes del dolor que pueden tener las respuestas, o peor, del dolor que puede tener la pregunta que lancemos. 
Durante toda la vida nos comportamos así, lanzamos las cosas al aire para que los demás lo cojan o respondan como nosotros queremos sin importarnos qué sienten los demás. 
Es así, como la piedra que, a veces, tiramos enfadados y que sin quererlo da a alguien, o rebota y nos da a nosotros mismos, haciéndonos daño. La vida es así, tú lanzas tus cosas, tus miedos, tus inseguridades, el dolor y ella sola se encarga de devolvértelo a ti, de lanzarlo contra ti... como las ráfagas de aire que van y vienen.

lunes, 2 de septiembre de 2013

La despedida.

Te digo adiós, aunque te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.


martes, 18 de junio de 2013

Te quiero. No mucho ni poco, sino como yo sé querer.

- Si tú supieras...
+ ¿Si yo supiera qué?
- Nada, déjalo.
+ ¡No! ¡Dime!
- Está bien...
+ Te escucho.
- Si supieras todas las noches que he llorado por ti, todas las canciones que me recuerdan a ti; cómo me gustaría dormir a tu lado y decirte...
+ ¿Decirme qué? Dímelo.
- Decirte que te quiero.
+ Dímelo.
- Te quiero.
+ Y yo a ti.

lunes, 17 de junio de 2013

Apetencias...

Sigues siendo imposible. Menos mal que paciencia es algo que me sobra. Que no quiera una relación convencional o tradicional no significa que no quiera saber de ti. Puedo vivir sin ello pero no quiero.

Me gusta saber acerca de la gente que me importa, me encanta reírme de tonterías y ser el apoyo en las cosas serias y aunque prefiero el vivo y el directo… con algunos he de contentarme con el teléfono, el whatsapp, el mail, el fb  y contigo querría tener las dos cosas: cuando estoy allí tengo el tocar, el besar, el dormir, el hablar… contacto. Y cuando estoy lejos quiero suplirlo con tus historias y mis reflexiones.

Aunque seguiré pensando que si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña. Ya sabes que no me rindo. Que me proporcionas (y me encantaría saber por qué! Por qué me gustas tanto, por qué me pones nerviosa, por qué el sexo es fantástico) tiempo de calidad. 

No la cagas comportándote así conmigo. Tranquilo que no me decepcionas ni me siento defraudada. Te dije que había entendido perfectamente cómo eres, la vida que llevas, el tiempo del que dispones. Y aunque (quizá es una imaginación mía) puedas creer acerca de mí que estoy zumbada por arriesgarme a sentir eso que me proporcionas… es por una razón.

¡Dios! Es una locura… y no me paro a pensar en ello demasiado porque mi cuerpo me pide que viva tal y como me apetece y siento. Y lo que me apeteces eres tú. Y lo que siento es que vivir a impulsos, sin premeditación, vale por toda una vida.

Por ello mientras sigas apeteciéndome seguiré buscándote.

Yo propongo. Tú dispones. 

jueves, 6 de junio de 2013

Aún no me has dicho "ven" y yo ya he dejado todo por ti.

En mis planes no estaba enamorarme de ti, pero supongo que nadie puede elegir de quien se enamora. Sin saber demasiado bien como, te convertiste en todo para mí. Cada noche, antes de dormirme soñaba despierta con tus abrazos, con el sabor de tus besos y no podía evitar sonreír como una niña pequeña. Y te juro que cada vez que las cosas se torcían, y pensaba que te perdía mi mundo se venía abajo y nadie más que tú podía devolverme la sonrisa. Lo supe en el momento en que te vi, quererte iba a dolerme de verdad, pero volví a mirarte y comprendí que iría contigo hasta el final. Ya he perdido la cuenta de las veces que he llorado por ti,  como también he perdido la esperanza de que vuelvas.